Siempre positivo, nunca negativo
Ahora también en Del lapicero al teclado
Aunque esta es una de las frases que todo escritor (y toda persona, ya que estamos) debería tener pegada en una nota adhesiva a la pantalla de su ordenador, esta vez vamos a utilizarla como excusa para hablar de la importancia de las oraciones afirmativas a la hora de escribir. Vamos a daros tres razones para ser más positivos:
1. Comenzar una oración con un "no" puede resultar bastante desagradable al lector: ya le predispone de una manera negativa. Si no te lo habías planteado nunca, échale un vistazo a estos ejemplos:
No había salida en ese maldito antro.
Ese maldito antro no tenía salida.
2. En español, el modo por defecto es el afirmativo; para negar, tenemos que añadir partículas negativas a la oración. Sólo por esto, ya deberíamos optar por la afirmación: cuantas menos palabras, mejor.
En esa calle no podían entrar los coches.
Esa calle era peatonal.
La foto no estaba en color.
La foto estaba en blanco y negro.
3. Nuestra lengua también nos permite afirmar mediante una doble negación, pero eso no quita para que sea un artificio muchas veces innecesario y que normalmente sólo sirve para confundir al lector.
No era un tipo de esos en los que no puedes confiar.
Era un tipo en el que podías confiar.
Ese tejado no es de los que no se calan.
Ese tejado en de los que se calan.
La negación es un recurso del que podemos sacar mucho partido; puede ayudarnos a crear la forma de ser de un personaje, crear una actitud en el lector (como en el caso 1) y a dar expresividad en los diálogos, pero sólo si lo utilizamos bien y no abusamos de él en los fragmentos de narración.
Aunque esta es una de las frases que todo escritor (y toda persona, ya que estamos) debería tener pegada en una nota adhesiva a la pantalla de su ordenador, esta vez vamos a utilizarla como excusa para hablar de la importancia de las oraciones afirmativas a la hora de escribir. Vamos a daros tres razones para ser más positivos:
1. Comenzar una oración con un "no" puede resultar bastante desagradable al lector: ya le predispone de una manera negativa. Si no te lo habías planteado nunca, échale un vistazo a estos ejemplos:
No había salida en ese maldito antro.
Ese maldito antro no tenía salida.
2. En español, el modo por defecto es el afirmativo; para negar, tenemos que añadir partículas negativas a la oración. Sólo por esto, ya deberíamos optar por la afirmación: cuantas menos palabras, mejor.
En esa calle no podían entrar los coches.
Esa calle era peatonal.
La foto no estaba en color.
La foto estaba en blanco y negro.
3. Nuestra lengua también nos permite afirmar mediante una doble negación, pero eso no quita para que sea un artificio muchas veces innecesario y que normalmente sólo sirve para confundir al lector.
No era un tipo de esos en los que no puedes confiar.
Era un tipo en el que podías confiar.
Ese tejado no es de los que no se calan.
Ese tejado en de los que se calan.
La negación es un recurso del que podemos sacar mucho partido; puede ayudarnos a crear la forma de ser de un personaje, crear una actitud en el lector (como en el caso 1) y a dar expresividad en los diálogos, pero sólo si lo utilizamos bien y no abusamos de él en los fragmentos de narración.
Publicado por Gileblit
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