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Compromiso social y literatura: entrevista con Ignacio Castro Rey

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Dada la situación que estamos viviendo, el tema del compromiso social se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones de la sociedad en general y de los artistas en particular. Para aclarar un poco algunos puntos importantes sobre el tema, Ignacio Castro Rey, Doctor en filosofía por la UAM, nos ha concedido una pequeña entrevista que esperamos que os guste.

TdE: En todos los talleres y libros sobre literatura hay siempre un tema que se repite: la relación del texto con el autor y sus circunstancias. ¿Crees que se puede escribir un libro sin dejar que el mundo del autor se refleje en él?

IC: No, no lo creo, pero “el mundo del autor” es una expresión extremadamente ambigua, de la misma manera que lo es la palabra “biografía”. Se podría decir la literatura que existe, sencillamente, porque en una serie de cuestiones cruciales estamos solos, sin remedio ni mundo. “Vivimos como soñamos, solos”, dijo una vez Conrad. Creo que sin tomar un poco en serio esta verdad, tanto la literatura antigua como la moderna se vuelven incomprensibles, o reducidas a una colección de tópicos eruditos (lo cual es todavía peor).
Una cosa es que en Lispector, Walser o Sebald se reflejen naturalmente estratos de un entorno; muy distinto es que la literatura se limite a eso. Si hay un autor, hay un salto mortal por encima de la sociología de las “circunstancias”. Si hay literatura, es ella la que explica el “contexto”, y no al contrario. La literatura existe porque existe también una ambigüedad radical en lo que llamamos “mundo”. Únicamente la inflación de la sociología en el mundo moderno, este desarrollo científico que difícilmente podemos separar de las tecnologías de doma del hombre, ha permitido desdibujar el escándalo de la ambivalencia real, este suelo sísmico del que brotan la novela y la poesía.
Andric es, sin duda, uno de los productos del magma social balcánico de comienzos del siglo XX. Sin embargo, entendemos ese “contexto” histórico a partir de la invención de Andric, esa pirueta en el aire que es Un puente sobre el Drina. La literatura redefine el contexto, a veces ayudando a producir cambios sociales a partir de una creación ex nihilo, de un pacto con el diablo del vacío. Esto explica por qué en el mundo contemporáneo, tan “lleno”, ese pacto es extremadamente difícil. El narcisismo del mundo cultural, su habitual falta de humildad en relación con las sombras, es el primer obstáculo para la creación, por encima incluo de la presión obscena del mercado. Los creadores que buscan el éxito se asustan ante unos márgenes donde el público, las cámaras y los focos no están presentes. Sin embargo, ese borde salvaje es crucial para que haya una obra. En relación con esto, existe otra cuestión. Lo “social” es tal vez un concepto posterior y más restrictivo que lo “popular”. En toda la literatura que perdura —es maravillosa, en este sentido La piel, de C. Malaparte— hay una absoluta pasión por lo popular, una fascinación que no excluye una visión a veces muy cruda de la crueldad odiosa que atraviesa a los pueblos. Nuestra preocupación por “lo social” es moderna y desconfía de todo “populismo”: se refiere a lo popular ya encuadrado, organizado, estabulado por la distribución de papeles que otorga la visibilidad de la sociedad civil. Por el contrario, lo popular es un poco más bárbaro. La plebe de Genet, de Pasolini, de Handke o de Malaparte, es una humanidad mítica que jamás entrará en los cauces institucionales de lo moderno y estatal.

TdE: Muchos dicen que una excesiva implicación por parte del autor puede llegar a “matar el arte”, que se supone que va más allá de quien sostiene la pluma. ¿Estás de acuerdo con esto?

IC: Estoy básicamente de acuerdo. No es el autor, tal sujeto particular armado con su biografía, quien escribe. Muy lejos de esto, ocurre que una persona con una especial sensibilidad, un individuo dotado de cierta potencia perceptiva y una alta formación (con frecuencia autodidacta), logra que a través de él surjan corrientes “impersonales”, líneas de brujería, campos de fuerza más bien anónimos. El personaje del autor, con su historia y sus manías, es la escalera a través de la cual surge la fuerza de lo exterior, una forma original y nueva de relacionarse con lo desconocido. Si esa mediación del control personal (las propias convicciones, la biografía, la conciencia y los íntimos objetivos) no se derriba en el momento justo, de ahí sólo sale un buen trabajo canónico. El “oficio” sólo produce obras correctas y mediocres que no nos hacen pasar vergüenza, nada más. Una obra de arte es otra cosa, por eso sigue siendo “actual” durante mucho tiempo y atraviesa la estupidez de las épocas con una carga demoníaca. En Aprendizagem de Clarice Lispector, por ejemplo, brilla una relación con lo “inhumano” que en general nos asusta. Clarice ahí fue solo un “médium” para tal irrupción. Me consta que esta frase suena un poco esotérica, pero creo verdaderamente que sin algo parecido a un pacto con el diablo de lo espectral y lo “asocial”, no hay obra.
El autor y su historia contextual representan el conjunto de condiciones necesarias, pero esencialmente negativas, para que surja algo distinto a lo personal. Como decía un clásico del siglo XX, la peor literatura se escribe con los mejores sentimientos. Es necesario tenerlos, aunque acto seguido es obligado violentarlos, ponerlos a prueba con la irrupción de corrientes externas. Si no ocurre esto, estamos simplemente ante lo que se llama “ficción”, un género industrial que, aunque a veces sea digno, tiene esencialmente la función “social” de acompañar y entretener nuestros diarios desplazamientos laborales en transporte público. Y creo que el efecto real de la literatura puede y debe ser muy distinto al de complementar el sistema productivo.

TdE: Entonces, ¿crees que siempre debe haber una intención detrás de la obra, o se puede escribir sin una motivación concreta?

IC: Creo que el primer “compromiso” es con lo vivido, que siempre está cargado de vértigo. Cuando el poeta estadounidense G. Snyder habla de un “compromiso moral con lo no humano”, me parece que está dando en el clavo, apuntando a una relación con la “barbarie” exterior, con la masa bruta de vivir, sin la cual una obra se torna imposible. En tal sentido, por paradójico que parezca, lo que habitualmente llamamos “cultura” es el peor obstáculo para que de vez en cuando ocurra el milagro que llamamos arte. En resumidas cuentas, con las mejores intenciones no se hace una obra. Si la motivación es básicamente “ideológica”, difícilmente saldrá de ahí otra cosa que un buen producto de escuela. Detrás de una novela o un poema que valga la pena leer después de 100 años, como el Ulises de Joyce, existe naturalmente una idea fija, una intencionalidad obsesiva, mil planes y un inmenso oficio; pero también un derrape de sentido, una entrega al coro que tenemos en la cabeza, que es ajena incluso a la conciencia del autor. Repito que la fidelidad de éste debe ser sobre todo al pantano de la duda, al magma de lo vivido, a las voces oídas. Si el “autor”, en definitiva, no ha pasado una temporada en el infierno, a cien años luz de lo que llamamos sociedad y cultura, probablemente no tenga mucho que contar. Además, en el campo de las intenciones y los objetivos, ya está casi todo dicho.

TdE: La única intención de muchos textos parece ser la de entretener: ¿crees que es una motivación “legítima” para escribir un libro, o tiene que haber algo más?

IC: “Entretener” vuelve a ser una palabra equívoca. Entretener, borrar el mundo y el tiempo, conseguir que alguien se olvide sí mismo,  es una de las cosas más difíciles del mundo. La norma actual, y esto es algo muy distinto, es ceder al “programa” de entretenimiento general, repetir los tópicos del mercado. Esto sólo lo hacen los autores que realmente no tienen nada que contar, que no se han atrevido a estar solos. En otras palabras, se trata de celebridades que escriben de oficio, como podían dedicarse a cualquier otra cosa que les diera fama y dinero. Aquí las palabras de Rilke creo que siguen siendo válidas: “Pregúntese si podría no escribir, si podría dejar de hacerlo”. Basta que una obra pueda no ser hecha, para que sea aconsejable dejarla. Si una novela o un poema no surgen de una imperiosa necesidad, de algo muy parecido a la urgencia del hambre o el odio, es sencillamente un “producto cultural”, algo bastante banal que se limita a reflejar el contexto literario o histórico. Escribir no surge de haber viajado y leído mucho. Eso sólo da lugar, repito, a un trabajo correcto que, aunque se convierta en best-seller, se parece demasiado a la información que ya circula. 

TdE: Siempre nos han enseñado que los grandes autores buscaban ese “algo más” en sus obras: el compromiso social. No nos faltan ejemplos de libros que fueron el motor de cambios sociales muy importantes, pero, ¿cuál es la verdadera función de este tipo de obras dentro de la historia? ¿Puede la publicación de un libro sacudir los cimientos de la sociedad, o la relación entre ambos eventos es meramente circunstancial?

IC: Me inclino por lo último. Además, tampoco sé muy bien qué es eso del “compromiso social”. Céline tiene una ideología más o menos fascista y, sin embargo, eso no resta un ápice de la potencia generatriz de su escritura. ¿Cuál es el compromiso social de Borges? ¿Y el de Handke? Es indiferente, pensando en la literatura que nos hiere y deja una huella, la ideología del autor, sus intenciones, el compromiso social al que apunta, etc. Todo eso es la morrena del glaciar, el material de arrastre inevitable de una corriente que, propiamente hablando, no tiene más objetivo que darle forma a una imperiosa vivencia que nos amenaza. Si la obra no brota de este irracional objetivo casi médico, curar a alguien de una experiencia que puede volverle loco, estamos todavía en el terreno de la academia, a veces del periodismo. La piel de Malaparte manifiesta un amor infinito por el pueblo italiano, pero esto lo hace desde todo lo que ha violentado al autor, no desde una ideología que el autor controle. Por lo demás, los efectos de un libro son imprevisibles. Con frecuencia la mejor literatura está condenada a la clandestinidad; incluso aunque sea premiada, permanecerá en buena medida sumergida. De todas formas, decía María Zambrano, si hay una obra, el misterio de lo común ya está dentro, aunque el público no aparezca.

TdE: Ciertos movimientos artísticos, como el romanticismo, se caracterizan por no hablar del mundo inmediato al autor, sino de otros más o menos inventados. ¿Puede haber compromiso social sin hablar de la sociedad?

IC: Nunca, ya desde Larra o Byron, y menos aún desde el imperio aplastante de la información, la diferencia entre lo “inventado” y lo “real” ha sido más ambigua. Sí, puede haber “compromiso social” en una novela que hable únicamente de la soledad del ser humano, en esta época y en cualquier otra. ¿Qué hay más “social”, más común (incluso “comunista”) que la soledad del hombre, las dramáticas dificultades de comunicación de cualquiera, aunque no sea un genio? En tal sentido, Memorias del subsuelo tiene una carga “social” inmensa, precisamente porque está escrito desde la espiral de aislamiento más perniciosa. Lo mismo se puede decir de los poemas de Álvaro de Campos, uno de los heterónimos de Pessoa. Ocurre algo parecido con Carta breve para un largo adiós, de Handke; la desolación es casi completa, y sin embargo la humanidad, y “América”, se hacen presentes como en pocas novelas recientes.

TdE: Para provocar un cambio social a veces es necesario ir más allá de la propia estructura: necesitamos cambiar las normas morales. ¿Es posible hacer eso con un libro o hace falta algo más?

IC: Hace falta “algo más”, por sí mismos los libros apenas pueden hacer nada. Hace falta un movimiento popular dirigido por líderes que escuchan lo que un pueblo necesita, y esto poco tiene que ver con los libros. La literatura no tiene la obligación de provocar un cambio social, sino de entender la vida, esa vida común y enigmática que siempre permanece sumergida bajo cualquier cambio. Pero para eso, para crear algo nuevo, es necesario maltratar el propio cliché. Creo que era Pascal quien decía que la verdadera moral comienza por transgredir las normas reinantes. De todas formas, insisto: el efecto de la literatura es casi completamente imprevisible. Y hoy en día, en esta sociedad tan maniatada por una interactividad endogámica, es difícil que ningún libro cambie nada, excepto quizás las modas que imperan en el mercado literario. 

 TdE: Ahora nos parecen muy evidentes los cambios que ha sufrido la sociedad a lo largo del tiempo, pero, ¿cómo sabemos en qué dirección hay que tirar si no podemos fijarnos en el futuro? ¿Se puede escribir simplemente reivindicando un cambio, o hay que tener claro primero en qué debe consistir ese cambio?

IC: Cambiar es bueno por sí mismo, destruyendo la seguridad del canon vigente. Pero no hay por qué “tirar” en ninguna dirección, salvo que queramos averiguar los gustos del mercado; e incluso eso me parece difícil. Repito en todo caso que nadie, y menos el escritor, debe fijarse un objetivo externo a la necesidad inconfesable que le dicta su vida, su obra. Sólo tenemos una vida: lo que hay de intransferible en ella es nuestra primera y casi única propiedad. Es muy posible que todos los grandes creadores sean personas de una única idea, de un único tema, aunque se despliegue en cien escenarios distintos.
Bajo este drama late otra cuestión: es muy posible que el tema de fondo de la literatura sea lo que no cambia, aquello que no puede cambiar porque no pertenece en absoluto a la historia del hombre, sino a un fondo de dolor y vértigo que hace que la literatura, a pesar de la religión de la comunicación, siga existiendo.

TdE: El tiempo nos permite mirar al pasado con perspectiva, pero, ¿crees que podemos percibir la importancia de una obra contemporánea? ¿Es posible que haya libros que ahora pasen casi inadvertidos, pero que algún día se señalen como hitos históricos?

IC: No sólo lo creo: estoy seguro de que es así. La inmensa mayoría de los libros que “formarán parte de la historia” hoy pasarán completamente desapercibidos, e incluso serán despreciados por la crítica y el público. Ni siquiera está claro que sea fácil mirar el pasado “con perspectiva”. ¿Cuánta gente valora y ha leído Cartas a un joven poeta? La estupidez del mundo contemporáneo, en parte debido a la apisonadora del mercado informativo, es completamente deprimente. Sólo con fijarse en el destino de dos películas recientes y soberbias (norteamericanas, para más señas), Detachment (El profesor) y To the wonder… es como para echarse a temblar. Es difícil que la denostada Inquisición medieval haya sido más cruel y despiadada con las rarezas, con las herejías que se atrevían a poner en duda el canon vigente, que esta sociedad del conocimiento. La literatura y el cine tienen que ver con la violencia de la verdad, no con la organización del conocimiento.

TdE: Por último, nos gustaría plantearte la duda que todo escritor tiene, sobre todo cuando empieza en este mundillo: ¿Comprometerse o no comprometerse? ¿Qué nos aconsejas?

IC: ¿Comprometerse con qué?, repito. ¿Con qué aspecto de nuestra compleja andadura hemos de comprometernos? Sobran compromisos y campañas de solidaridad. Compromisos formales, institucionales, establecidos, reconocidos… Hay sin embargo poca gente, en todos los campos, que se comprometan con lo más oscuro de su experiencia, que viva de acuerdo con la dureza que ha conocido; y esto último, en el fondo, es lo único importante si estamos hablando de arte, de literatura, de moral o de política. No existe ninguna necesidad de más escritores, de más artistas, de más poetas, y no sólo porque se lea cada vez menos. Lo único verdaderamente importante que uno puede preguntarse es cómo servir a su propia y más inconfesable experiencia, en qué cree, a qué debe serle fiel. En otras palabras, ¿cómo puede estar a la altura del peligro mortal que, lo quiera o no, le ha tocado en suerte? Esto no pasa necesariamente por la escritura. En un buen bebedor puede haber más “literatura” que en un mal escritor. Si se escribe necesariamente, la pregunta de si se es o no un buen escritor debe hacerse poco y tiene una difícil contestación. ¿Qué más da, si esa persona no puede hacer otra cosa, no puede dejar de escribir? Ya lo dirá la historia. O no lo dirá nunca, pues no olvidemos que la inmensa mayoría de las novelas o películas que habría que conocer han sido vapuleadas por la historia.

TdE: ¿Algún mensaje para nuestros lectores?

IC: Buscad dificultades que ofrezcan resistencia, aquello que violente nuestro esterilizante narcisismo. Todo lo demás es información y cultura, algo que sólo confirma nuestra inercia y nuestra esclavitud, nuestra condición de público cautivo. A la postre, todo eso es bastante aburrido y humillante, ajeno a la literatura que merece ser leída.

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Javier Miró nos habla sobre Rebelión 20.06.19

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Con su primera novela recién publicada, las sensaciones de este escritor afincado en Melbourne (Australia) son bastante buenas. La acogida que está teniendo la novela en Amazon ha superado sus expectativas iniciales, habiéndose colocado durante los primeros días en el puesto nº1 de ventas en su categoría

Para obtener más información sobre el autor, podéis visitar su página web:

www.javiermiro.net 


Para aquellos que todavía no conocéis esta novela repleta de acción y muy bien ambientada en un Madrid post-apocalíptico, aquí tenéis el enlace de Amazon donde podéis conseguirla:




"En el año 2024 Madrid no es una ciudad, sólo un montón de ruinas donde no hay ciudadanos, sólo supervivientes. No hay comida, ni agua, ni justicia, ni esperanza. 
Sólo hay una Rebelión.
Álex el Mono es uno de los hijos de la Rebelión. Y como tal no posee más que un incierto presente, unos pantalones desgastados, un Kalashnikov y una determinación por sobrevivir por encima de la lógica. Ha sido condenado a muerte, traicionado por aquellos que, al igual que él mismo, no se pueden considerar amigos más que del día a día y de las balas de su arma. Espera su final en una sucia celda, mientras recibe las cada vez más incómodas y persistentes visitas de sus captores y sus recuerdos."

PUEDES DESCARGARLA AQUÍ



Os dejamos con las impresiones del autor y el camino de creación de su obra:

El proceso de creación de Rebelión... no es fácil de contar. Por ello voy a permitirme parafrasearme a mí mismo en el prólogo de mi novela:

"Ser escritor novel no es fácil. Necesitas dinero para vivir, y por supuesto que la escritura no te lo da; en todo caso te lo quita. Necesitas tiempo para trabajar, para ir y venir de la “oficina”, para estar con los tuyos, para descansar; y sin embargo siempre sacas un momento al día para volver a tus escritos. Necesitas estabilidad emocional para vivir el día a día con normalidad y al mismo tiempo poder meterte en la piel de tus personajes, y sentir su entorno, revivir sus recuerdos, afrontar sus miedos, sufrir con ellos, amar con ellos, coexistir con ellos".

Siempre digo que Rebelión se escribió en el metro (de Madrid) y no es ninguna exageración. Cuando la escribí vivía en la capital, y entre idas y venidas, tenía una hora y media de metro y tren. Trabajaba más de 9 horas al día, así que para aprovechar cada segundo disponible, llevaba mi viejo portátil siempre conmigo. Y no era uno de esos modelos super-ligeros de hoy en día, o una tablet, precisamente. Pero el impulso por avanzar en esa idea, llevarla de mi cabeza al papel, y las ganas de ver mi primera novela acabada hicieron que pudiera soportar todas las incomodidades. ¡Al menos no usaba una máquina de escribir de hierro fundido como la que tenía mi padre en su despacho!

La escritura de Rebelión duró unos 5 meses: desde finales de enero hasta comienzos de junio del año 2009. Dadas mis circunstancias de aquel entonces, y ahora a toro pasado, reconozco que fue demasiado rápido para un libro que en documento word tiene 550 páginas (a doble espacio). Por eso supe desde el primer momento que Rebelión debía ser revisada y profundamente corregida, y no por mí: como autor era incapaz de ver los fallos más clamorosos por más que lo intentaba. Ya sabéis la dificultad para un autor de reconocer el fallo de algo donde sólo es capaz de leer qué pone, no cómo lo pone. Finalmente esa revisión llegó a comienzos de este año por parte de Susana Monsó, una muy buena amiga. Y el resultado ha sido ampliamente satisfactorio.

Con respecto al desarrollo del libro, aquel comienzo de 2009 fue muy importante para mí, y mi vida estaba siendo sacudida por muchísimas nuevas y excitantes experiencias. Por supuesto que no eran tan excitantes como las que los personajes de Rebelión viven (gracias al Cielo), pero eran una fuente inagotable de inspiración. Me nutrí de todo lo que me rodeaba, especialmente a la hora de crear los personajes. Todos y cada uno de ellos tienen al menos una parte de alguno de los que interactuaban conmigo por aquel entonces. Luego resulta divertido comentárselo. 

Finalmente, fue un reto cerrar la novela, ya que pese a tener muy claro cómo quería que fuera la estructura, la historia estaba viva y seguía moviéndose, mutando en su forma hasta casi el final. Hice varios cambios de última hora, obligándome esto a volver a varios puntos anteriores para efectuar correcciones (hay muchos saltos temporales y referencias desperdigados por el libro) Como me gusta decir: "fue jodido cortarle el cuello al bicho". Además, resultó que no lo cerré del todo, pues incluso durante la última corrección de principios de 2013, el texto sufrió unas pocas modificaciones. En esto fue vital, de nuevo, la ayuda de la correctora.

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Hablamos con Fernando Trujillo Sanz

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Con la amabilidad y humildad que le caracterizan, Fernando Trujillo Sanz, escritor madrileño, se ha prestado a respondernos algunas preguntas que seguro van a resultar de gran interés para todos aquellos que empezamos en el mundo de la escritura.

Muchos de vosotros ya le conoceréis, pero a los que aún no habéis oído hablar de él, os voy a comentar brevemente sus andanzas.

Fernando Trujilo, es uno de los escritores más leídos en Amazon, un lugar donde sus obras han gozado de una gran acogida por parte del público, contando actualmente con miles de seguidores.

Autor de novelas de gran éxito como : “La última jugada”, “La prisión de Black Rock”, “La guerra de los cielos”, “La biblia de los caídos” y muchos más...
Cuenta con clubs de lectura en facebook, donde aficionados a sus obras forman una comunidad que crece día a día. Es sin duda, uno de los autores relevantes del panorama actual.

Su estilo, capaz de atrapar al lector, se caracteriza por crear atmósferas sofocantes, llenas de misterios y preguntas enigmáticas. Pero sobre todo, por la creación de personajes "especiales", tan bien caracterizados como "el niño" de su obra la biblia de los caídos, o los famosísimos "Tedd y Todd", que se pasean alegremente por muchas de sus obras, saltando de libro a libro

Su última publicación, recién salida del horno, es el tercer volumen de la saga "La Guerra de los Cielos", que se ha alzado en pocos días al puesto número 3 de ventas en la categoría de Fantasía de la tienda Kindle. Y al número 74 de ventas de toda al tienda Kindle. Todo un éxito que amenaza con seguir escalando posiciones en los próximos días.


Sipnosis: La guerra más antigua y devastadora de la existencia ha encontrado el modo de continuar, de extenderse por toda la creación. El Cielo y el Infierno ya no son los únicos escenarios para este terrible conflicto. 
Comenzó cuando el planeta se estremeció. Todos los habitantes perdieron la facultad de moverse, quedando resignados a contemplar impotentes cómo se desmoronaba el mundo. Al fenómeno lo llamaron la Onda y produjo cambios más allá de la comprensión humana.
Ahora tenemos que sobrevivir a las consecuencias. Los ángeles y los demonios están entre nosotros, son reales, y nos han impuesto su guerra. Una guerra en la que somos insignificantes, una guerra que no creímos posible y que cambiará nuestras vidas para siempre.




Como iba diciendo, Fernando Trujillo se ha prestado a responder algunas preguntas para todos los seguidores de Tallerdeescritores.es 

Os dejamos esta interesante charla:

-         * Como ya sabes, se ha hablado en nuestro blog sobre la importancia de manejar la tensión narrativa, sobre todo al inicio de la obra, para atrapar a los lectores. ¿Crees que es una de las claves del éxito de ventas que suelen tener tus obras?

Es complicado saber a qué se debe el éxito de una novela. Creo que intervienen muchos factores y la suerte es uno de ellos, sobre todo en el caso de escritores desconocidos que venden a precio muy bajo, como yo.

Claro que también pienso que el inicio es esencial. Cualquier lector puede descargarse una muestra gratuita de la novela; si esa situación se da, cosa que no es sencilla entre las miles de novelas que hay publicadas, hay que aprovechar la oportunidad de causar una buena impresión desde el primer párrafo. Aburrir es lo peor que le puede ocurrir a una historia. No creo que haya otra causa de mayor peso a la hora de dejar de leer un libro. Si, en cambio, el lector se engancha, hay muchas probabilidades de que compre el libro, especialmente si el precio es bajo. Yo trato de no desaprovechar esa oportunidad, desde luego.


-          *  2012 fue un buen año para los autores españoles en Amazon, un mercado que crece día a día por la facilidad de uso, y por la asequibilidad de sus precios. ¿Piensas que Amazon es una buena plataforma para los autores nóveles? ¿Aproximadamente cuántos libros vendiste el año pasado?

Hoy en día, el mercado digital es la mejor opción para los autores, por muchísimas razones, pero principalmente porque publicar no cuesta dinero y porque permite acceder a lectores de todo el mundo. Nunca antes los escritores habían tenido semejante oportunidad a su alcance; que algunos no quieran aprovecharla me sorprende y, al mismo tiempo, me alegra, la verdad. En el futuro, absolutamente todas las obras estarán en el hipermercado digital; cuanto más tarden los autores en dar en ese paso, o mientras lo hagan solo a través de las editoriales con sus precios abusivos, más avanzados estaremos los que nos autopublicamos y controlamos todos los aspectos de nuestras novelas.
El año pasado vendí aproximadamente 40.000 unidades.

-         * ¿Autopublicación o publicación bajo algún sello editorial? ¿Qué opinas de todas estas nuevas editoriales que están surgiendo últimamente en las que te proponen cubrir los gastos de producción del libro? Algunas, como bien sabes, te obligan a vender un número de libros físicos el día de la presentación, cobrándote los que no se han vendido.
                
Opino que las editoriales están para aportar valor, si no, son un estorbo más que una ayuda. En el contexto digital no las veo necesarias en absoluto; de hecho, considero que no son buenas para los autores desconocidos, principalmente porque ponen un precio muy alto y no entienden que el valor de un libro lo da su precio multiplicado por el número de ventas, es decir, que es mucho mejor vender miles a bajo precio, que decenas a un precio alto. Otro inconveniente muy grande que encuentro a las editoriales es la falta de capacidad para reaccionar. Me explico: si yo tengo una novela que no vende a 5 euros, puedo bajarlo a 3 y ver qué sucede, o a 1, durante una semana o un mes, lo que yo decida. Experimento y compruebo lo que funciona, no tengo que creer en la palabra de los editores porque supuestamente sean expertos en la venta de libros ―que no lo son, no hay más que ver lo bien que les va con Libranda―. Un autor que controla su obra puede adaptarse, evolucionar y aplicar lo que aprende. Las editoriales no proceden con esa flexibilidad. Estoy convencido de que hay muchos libros por ahí en manos de editoriales que, si me los dieran a mí, venderían como mínimo el doble, de manera que el autor lograría más lectores y tendría la posibilidad de rectificar cuando quisiera.
Creo que las editoriales solo interesan en el mercado del libro físico, porque no hay modo de lograrlo sin ellas. En cambio, cuando se trata del modelo digital, veo muy pocos sellos que de verdad sepan aprovechar las ventajas de este mercado, aunque como en todo, hay excepciones. La mayoría actúan como si los ebooks fueran libros físicos que se venden por internet, un concepto obsoleto que viene de la inercia de muchos años trabajando de un modo concreto.
En resumen, si un autor quiere publicar en papel que busque editorial. Si prefiere el modelo electrónico, recomiendo la autopublicación. Hay profesionales que prestan servicios de maquetación y otros, si lo necesita, pero no es necesario ni conveniente ceder los derechos digitales de su novela a terceros que no saben explotarla o que, como mucho, van a hacer lo mismo que haría el propio autor con un poco de sentido común.

-     *     Tenemos noticias de que estás introduciendo tus obras en otros mercados, traduciéndolas a Inglés y Francés. ¿Qué tal está resultando la experiencia?

Difícil, muy difícil. Especialmente en inglés. Hay muchísimos libros y es complicado hacerse un hueco. Pero lo seguiré intentando. Los ebooks en inglés es el mayor mercado del mundo editorial.

-    *      Acabas de presentar el tercer volumen de La Guerra De Los Cielos. ¿Es el último volumen de la saga o nos mantendrás en vilo un tiempo más con estos ángeles?

Os mantendré en vilo hasta el año que viene, cuando publicaré el cuarto y último volumen de la saga.

-      *    En cuanto a la Biblia de los Caídos, debes saber que hay un ingente número de fans esperando la continuación de la historia del gris, el niño y toda su troupe. ¿Puedes adelantarnos algo sobre posibles fechas de lanzamiento de algún nuevo volumen?
                
Actualmente, no doy fechas concretas hasta estar razonablemente seguro de que las voy a cumplir. En una ocasión me retrasé tres meses y mucha gente se enfadó, así que mejor no crear expectativas que no estoy seguro de poder cumplir. Lo único que puedo decir es que saldrá este año.
-        
       *   ¿Qué nuevos proyectos os traéis entre manos Cesar García y Tú?
               
Nada nuevo que se pueda contar, lo siento. Vamos a continuar las sagas que están abiertas, como por ejemplo La Guerra de los Cielos. Puede que publiquemos alguna novela nueva, por separado, pero no es seguro. Siempre hay algo por ahí escrito que no está terminado y en cualquier momento puede llegar ese toque de inspiración.
Estoy escribiendo también el guión cinematográfico de algunas de mis novelas, a la vez que estoy considerando rehacer una que tengo aparcada porque a mis lectores de pruebas no les ha convencido.
-          
    *  Muchos de nuestros alumnos, se preguntan si es posible vivir de la escritura en los tiempos que corren. ¿Cuál es tu experiencia?
                
Por supuesto que se puede, que nadie les haga pensar lo contrario. Pero tampoco es fácil. Yo les diría a esos alumnos cuál es el verdadero problema, en mi opinión, claro.
                
Se publican miles y miles de libros al año, solo en España creo que son cerca de 80.000 y en esa cifra no se cuentan los autoeditados. Imaginad el volumen en el mundo entero. Con los títulos que se publican en un año hay para leer más de diez vidas seguidas. Para mí, la conclusión es evidente: la inmensa mayoría de los libros no se leerán de un modo más o menos masivo, que es lo que da para vivir de ello. Y no tiene nada que ver con la calidad literaria, ni con la piratería, ni con el formato digital o físico, ni nada de eso. Es una cuestión matemática y nunca va a cambiar, da igual los formatos que se inventen en el futuro. Esa situación cambiaría si se escribieran menos libros, pero muchos menos, y mientras eso no suceda, la inmensa mayoría de los escritores no podrán vivir de ello, se quejarán y volcarán sus frustraciones en objetivos equivocados.
                
Ser un escritor consagrado, mediático, con adaptaciones en Hollywood, que todo el mundo conoce, y millonario, es condenadamente difícil. Pero ganar un sueldo decente, comparable al de cualquier trabajo, aunque también es muy complicado, hoy resulta más fácil que nunca gracias al modelo digital, sobre todo porque ahora se cobra todos los meses y es mucho más complicado que te engañen con las ventas de tus libros, también por la cantidad de lectores potenciales en todo el mundo.
                
Yo animaría a esos alumnos a que lo intenten y no se dejen engañar por las mismas excusas de siempre, las que dan los escritores que solo saben quejarse y buscar culpables en cualquier parte menos en ellos mismos. Esas excusas nunca dejaremos de escucharlas, así que es mejor ignorarlas completamente.

-        *  Por último, nos gustaría que nos dieras algunos consejos para todos aquellos que desean meterse en este mundillo de escribir historias.
                
Que se metan ya. No mañana, ni dentro un mes o un año. Que publiquen en digital hoy, ahora mismo. Antes o después habrá cientos de miles o millones de libros en digital, que no lo duden. Cuanto más tarde uno en entrar en el mercado, más complicado será sobresalir.
                
También, y por la misma razón, les diría que escriban muchos libros, así tendrán más posibilidades de ser descubiertos, y escribirán mejor. La práctica, como en todo, es indispensable.
               
  Lo último que les diría es que no lo hagan si no se lo pasan bien escribiendo la novela que tengan entre manos. No quiero ni imaginar cómo será escribir una novela forzado, por dinero... Seguro que hay muchas otras cosas que hacer con ese tiempo y esfuerzo que suponen escribir una novela, y con muchísimas más posibilidades de que generen dinero.











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Hablamos de Hipólito Sánchez. Amigo y escritor madrileño que nos presenta sus dos novelas: "Oportunity" y "Mi amigo Joseph"

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Este escritor Madrileño desarrolla su infancia en campos de Castilla y León, concrétamente en la localidad abulense de La Lastra del Cano. Tras licenciarse en la especialidad de prehistoria por la Universidad Complutense de Madrid, su interés por la arqueología egipcia, las ciencias ocultas y la investigación a nivel político y social de diversos pueblos y culturas, va aumentando, colaborando con pequeñas publicaciones y programas de radio. En estos momentos vive y desarrolla toda su actividad en las islas canarias, en compañía de su familia.

Actualmente cuenta con dos novelas publicadas por la editorial ÉRIDE: "OPORTUNITY" y "MI AMIGO THOMAS"


En pleno siglo XXl, un día cualquiera, una persona casada y con dos hijos de la ciudad de Madrid empieza a tener alucinaciones y cambios no deseados que le llevan a regresar en el tiempo, colocándole el destino en la tesitura de poder evitar tragedias y accidentes que han asolado la España moderna. Un macabro ajedrez del tiempo junto a la lucha titánica que le supondrá enfrentarse a una selecta orden llamada «EL GRUPO» y que domina los hilos del mundo, cuyos orígenes se remontan al siglo Xll en medio de las Cruzadas. Ésta será ahora la mayor preocupación del protagonista, además de intentar encontrar y descifrar un libro maldito, EL LIBRO DE LOS MUERTOS…










Durante los primeros meses de la Segunda Guerra mundial, Josef, un niño polaco de 8 años, es trasladado junto a toda su familia al Ghetto de Varsovia. Allí conocerá a Thomas y a sus padres, los tres provenientes de Rumanía, y que guardan un terrible secreto…
Los dos niños crearán su propio mundo lleno de fantasía e ingenuidad, estableciendo una fuerte y entrañable amistad en esa época tan convulsa…






Podéis encontrar estas novelas a la venta en la Casa del libro, tiendas RELAY de los aeropuertos canarios, El Corte Inglés, librerías de toda España y posiblemente, tiendas GALENAS.

El Cabildo de Fuerteventura está estudiando la posibilidad de llevar su 2ª novela, MI AMIGO THOMAS, a la próxima edición de la WORLD TRAVEL TOURISM OF LONDON. Un ex - pèriodista de la CNN traduciría el libro al inglés (también se ha ofrecido una empresa de traducción internacional, BETAFIX). 
Hipólito Sánchez ha sido entrevistado y ha realizado reportajes con diversos medios de comunicación como: COPE Avila, SER Madrid Norte, ONDA VASCA, Hoy por Hoy San Sebastián, Canarias 7, La Provincia de Fuerteventura, COPE Las Palmas, DIARIO DE AVILA, COPE Toledo, etc...






El año pasado pudimos encontrarlo firmando ejemplares de sus novelas en la FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2012.








Actualmente, está escribiendo su 3ª novela: "CUANDO CANARIAS LLORÓ POR ULTIMA VEZ Y EL MUNDO NACIÓ DE NUEVO. Historia de un visionario". Está basada en 4 fenómenos climáticos que posiblemente se den, aunque como él dice: "ojalá no sea en mucho tiempo". Nuevamente, escribe otra novela de ficción - realidad, llena de historias humanas, y basada en los siguientes fenómenos naturales:

- Las tormentas solares y cómo afectarán al magma de la tierra, provocando gran cantidad de erupciones en todo el planeta.

- El hundimiento de parte de la isla de La Palma. La disminución de gusanos come metano, está proliferando que aumenten la aparición de gases en la superficie, y su irrupción en grietas y fisuras. Afectaría a la costa este de los EEUU.

- El derretimiento de los polos, provocará que el agua salada se mezcle con la dulce, y afecte a las corrientes marinas.

- La erupción del volcán de Yellowstone, provocará una gran capa de ceniza en el cielo de los Estados Unidos, esparciéndose por todo el mundo e impidiendo que los rayos solares lleguen al suelo, con el consiguiente enfriamiento del clima.

Por último, ha querido compartir con nosotros algunos consejos importantes para todos aquellos que soñáis con ser escritores:


"Aunque soy el menos indicado para "aconsejar" a nadie, os comentaré los pasos que creo deben dar (según mi opinión) nuevos escritores:
1) Escribe sin prisas y cuando te apetezca
2) Escribe sobre un tema que llame la atención.
3) Registra tu manuscrito para que nadie haga mal uso de él.
4) Envíalo a varias editoriales. Mejor empieza por las pequeñas y medianas.
5) Si te responden negativamente, no te desanimes, y sigue escribiendo.
6) En caso que la respuesta sea positiva, si la mitad de la edición la costeas tú, busca patrocinadores. Empieza desde la peluquería de tu barrio, hasta una cadena de alimentación o alguna cadena hotelera. A cambio, saldrá el patrocinador en cada uno de tus libros, aparte de en las firmas que realices.
7) Se fiel a tu editorial y huye de los cantos de sirena."
Desde Taller de Escritores, queremos agradecerle su colaboración.
Podéis acceder a su página en la editorial éride siguiendo este enlace: http://erideediciones.es/hipolito-sanchez/

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