Clase teórico-práctica sobre la estructuración de la novela



Normalmente, cuando deseamos escribir sobre algo, los escritores noveles y menos expertos en el tema de abordar la construcción de una novela, tendemos a escribir por impulsos: Se nos ocurre una idea, sobre un tema que nos grada, y empezamos a visualizar a un personaje protagonista y una historia.

 Lo que hacemos, en el mejor de los casos, es pensar sobre la historia y visualizar alguna escena. Inmediatamente nos ponemos a escribir. Tenemos una idea, un tema, y las ganas de escribir nos llevan a comenzar la historia. Primer error.


La mente del ser humano está acostumbrada a trabajar de forma lineal, es decir, siguiendo un orden específico. Cuando empezamos a escribir, lo que escribimos nos conduce a la siguiente escena, y cuando terminamos esta, pasamos a la siguiente, y entremedio, nacen personajes que nos sirven para apoyar la historia. En resumen, vamos escribiendo según la historia va creciendo en nuestra imaginación.


De esta metodología, surgen historias que no llevan a ninguna parte. Narraciones que se hunden, llenas de incongruencias, mal escritas, y pobres en tejido narrativo. Y por supuesto, historias que quedan en el olvido debido a que suele aparecer el famoso: Bloqueo del Escritor, y las desechamos cuando nos quedamos atrapados.

¿Por qué? Pues porque nuestra mente creativa, que es nuestra principal herramienta, tiene una forma peculiar de trabajar, y primero, debemos entenderla y darle el apoyo necesario para que desarrolle todo su potencial. Nuestra mente creativa, no debe nunca trabajar en dos sentidos a la vez. Si estamos creando, no tendremos suficiente energía para dramatizar, y a la inversa.
Así pues, para trabajar más cómodos, primero crearemos, y luego dramatizaremos.

Vamos a imaginarnos un Arquitecto que tiene en mente una idea sobre un diseño espectacular de una casa. La ve acabada, con sus detalles, colores, formas…

Pero este arquitecto, no va a comenzar a colocar las paredes, el techo, los adornos… Primero, diseñará los cimientos. Luego, una estructura de pilares en los que se apoyaran las paredes. Vigas que sostengan ese techo tan bonito. Y finalmente, cuando todo esté perfectamente estructurado, colocará los ladrillos. Los adornos y la pintura serán el broche final.

Eso mismo, es lo que haremos nosotros si queremos construir una novela.


Lo primero que vamos a hacer es obtener lo que vamos a denominar SEMILLA.
La semilla, no es más que el tema sobre el que queremos escribir. Solo nos vamos a centrar en ese tema, poniendo cerco a la imaginación, y dirigiéndola en un sentido. Nada de imaginar escenas. Decorados… Vamos a centrar toda la energía de nuestra mente creativa en buscar un tema y darle forma.
Por ejemplo: Me encantaría escribir sobre un tema que está de moda. Los zombies.

Bien, esa es mi semilla. Pero, ¿Cómo deseo enfocar esta semilla?

 ¿Un apocalipsis zombie? ¿Gente que se infecta, como ocurre, narrar la infección, etc?... No, eso no es lo que quiero.

Seguiré pensando, solo en la forma en que quiero enfocar la historia. Nada de ir  más allá.

Ya sé, quiero escribir sobre Zombies, pero en un futuro en que los zombies ya se han adueñado de todo, y los supervivientes viven en comunidades, escondidas de ellos, intentando sobrevivir.

Esa es mi semilla. Ya la tengo.


Si ahora intento visualizar los decorados, escenas, tramas, etc… me estaré perdiendo de nuevo, así que nada de eso. Mi idea principal es escribir las aventuras de alguien, que vive en una comunidad en un mundo azotado por los zombies.

Ahora que ya tengo la idea base, voy a ir hasta el final. Porque mi historia tiene que tener un propósito. ¿No se cual es el propósito de mi historia?  Pues es el momento de pensarlo, ya que si no, tu relato no va en ninguna dirección.

Ya lo tengo: Como quiero acción, zombies y sangre, voy a definir un objetivo acorde a esto:

Mi protagonista tiene un hijo, las cosas en la comunidad no van bien. Cada vez hay menos comida, y se sienten menos seguros. La idea de mi protagonista, va a ser escapar de la comunidad con su hijo y llegar a algún asentamiento humano más seguro y mejor abastecido.

Ya tengo definida la columna principal de mi historia. Ya se la situación en la que vive mi protagonista, y se a donde me dirige mi historia.


Aunque pueda parecer ilógico, esto debe hacerse así:  planteamos la semilla, y luego vamos hasta el final, para definir el objetivo general.

Ahora necesito un detonante y un conflicto. ¿Qué es esto? Bien, un detonante, es algo que genera el conflicto. El conflicto, es la salida del personaje de su situación actual, algo que le lleva a tener que afrontar la aventura para conseguir un propósito: En este caso, poner a salvo a su hijo en otro asentamiento humano.

El detonante y el conflicto, son esenciales. Pueden ser cualquier cosa. Por ejemplo: en Alicia en el pais de las maravillas, el detonante es el conejo blanco con el reloj. Este, hace que Alicia caiga por el boquete al país de las maravillas. Generando el conflicto: Alicia está en un país mágico, y debe escapar de él.

Voy a pensar un detonante: Alguien intenta robar comida, los encargados de vigilar le detectan, pero por algo: una antorcha, etc… Se produce un incendio. La luz atrae a los zombies, y el tipo, intentando huir de los guardias con la comida, abre una de las barricadas.

Ahora mi personaje, ya no tendrá más remedio que huir de allí, ya que todo se va a infestar de zombies.

Ya tengo un detonante y un conflicto que van a generar mi aventura.

Importante: Nuestra historia, es orgánica, es decir, tiene vida. En cualquier momento, algún dato puede cambiar. Quizás penséis un poco más adelante en un detonante que os gusta más, etc… No pasa nada, volvéis a vuestro esquema, y lo cambiáis. Lo importante es crear las bases de la historia en un papel, no en nuestra cabeza, para dirigir la acción y centrar nuestra imaginación con un propósito claro.


Ahora ya tenemos la base. Tenemos una situación desde la que parte la historia, un detonante, un conflicto y un objetivo final
.
Hemos dado el primer pasito de nuestra estructuración. Solo el primer pasito.

Ahora vamos a pensar un poco en nuestro protagonista. Vamos a darle multidimensionalidad.
Vamos a centrarnos en dos factores: Super Objetivo y deseo subconsciente.
El Super Objetivo, es el objetivo que persigue nuestro protagonista: En este ejemplo, huir con su hijo para llegar a otro asentamiento humano en el que poder ponerlo a salvo.

El deseo subconsciente, es algo que nuestro personaje siente, piensa, y que se opone al Super Objetivo: en este caso, vamos a inventarnos que los supervivientes a veces son peligrosos, que la gente se ha vuelto egoísta y malvada, y a veces, duda de llevar a su hijo a otro asentamiento humano, o por el contrario, intentar sobrevivir ellos solos.

Con esto vamos a ganar mayor tejido narrativo, y podremos mostrar ese conflicto interior en nuestro protagonista, dándole mayor vida.


Paso 2. Arbol de Vidas y esquematización.

Vamos a coger un folio, y vamos a dibujar en vertical, un extremo un circulo con la idea base. En el otro extremo, otro circulo con el objetivo, que conduciría a un final.
Vamos a unirlos mediante una línea. Ya tenemos el tronco de nuestro árbol de vidas.

Ahora debemos ir definiendo el esquema, el orden en que ocurren las cosas a lo largo de ese tronco.

Existe un esquema, llamado el monomito, que os va a proponer las fases por las que debe atravesar la historia hasta llegar al final. Esto os puede ayudar para desbloquearos y enfocar vuestra trama en esa dirección.

El monomito, es el esquema tipo más importante que existe. Voy a hablaros del monomito:

Es una teoría narrativa que expuso Joseph Campbell

 Básicamente, el tipo se dedicó a estudiar cuentos de hadas, leyendas artúricas, ritos iniciáticos, relatos bíblicos, mitos y tragedias griegas, nórdicas, orientales… narraciones de distintas épocas y culturas de todo el mundo y encontró un patrón básico

Observó, además, que muchos de los elementos de estas etapas presentaban claros y significativos paralelismos con el simbolismo de los sueños. Pensó entonces en la posibilidad de que estos sistemas simbólicos comunes se debían a creaciones naturales de la mente humana, así que topó con los postulados del psicoanálisis de C.G. Jung (el inconsciente colectivo, los arquetipos…) para justificar las coincidencias en relatos mitológicos de toda época y lugar, y para explicar la función dramática y psicológica de cada una de las etapas en relación con los personajes.

Actualmente, es el esquema usado por los autores de grandes bestsellers y películas de éxito. Se ha dado el caso, de editores de prestigio, que automáticamente desechaban obras que no seguían el esquema del monomito. ¿Por qué? Pues porque está demostrado que es algo que funciona, y que vende, por nuestra forma psicológica de interpretar las historias.

Libros como El señor de los anillos, Crepusculo, Los juegos del hambre, etc.. son claros ejemplos.

Según la teoría del monomito, el viaje del héroe se divide en doce estados, estos pueden estar todos, o no.

1. Mundo ordinario - El mundo normal del héroe antes de que la historia comience.
2. La llamada de la aventura - Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura.
3. Reticencia del héroe o rechazo de la llamada - El héroe rechaza el desafío o aventura, principalmente por miedo al cambio.
4. Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural - El héroe encuentra un mentor que lo hace aceptar la llamada y lo informa y entrena para su aventura o desafío.
5. Cruce del primer umbral - El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el mundo especial o mágico.
6. Pruebas, aliados y enemigos - El héroe se enfrenta a pruebas, encuentra aliados y confronta enemigos, de forma que aprende las reglas del mundo especial.
7. Acercamiento - El héroe tiene éxitos durante las pruebas.
8. Prueba difícil o traumática - La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte.
9. Recompensa - El héroe se ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora gana una recompensa.
10. El camino de vuelta - El héroe debe volver al mundo ordinario.
11. Resurrección del héroe - Otra prueba donde el héroe se enfrenta a la muerte y debe usar todo lo aprendido.
12 .Regreso con el elixir - El héroe regresa a casa con el elixir y lo usa para ayudar a todos en el mundo ordinario

Bueno, este es el esquema tipo de todas las grandes producciones cinematográficas y muchos best sellers. No es el único, ni debes ceñirte a el si no quieres, pero es una buena idea para empezar.


Bien, ahora que tenemos los doce estadíos, en el árbol que hemos dibujado antes, vamos a colocar doce ramitas, una para cada estadío de los del esquema monomito. Esto hará que sigamos un orden y que pensemos en esos estadíos y nuestra imaginación no nos juegue malas pasadas. Cada uno de estos estadíos, los vamos a dividir en escenas. De cada ramita, vamos a ir sacando ramificaciones para cada escena.

Por ejemplo: pensaré en mi primer estadío: Mundo ordinario.

En esta fase, vamos a presentar a nuestro protagonista en su dia a dia normal. Por ejemplo: una escena en su trabajo. Luego, una escena cenando con su familia. Cada escena, será una nueva ramificación que iré colocando en la rama de Mundo ordinario, así, iré dibujando mi árbol de Vidas. Pondré un nombre identificativo a cada nueva ramita que vaya colocando.






Como ya tenemos un objetivo final, iremos pensando escenas enfocadas a que nos lleven a ese resultado
 y siguiendo el orden del monomito. De esta forma, estaremos poniendo los cimientos y las columnas de nuestra novela. Pondremos cerco a la imaginacion, y así, cuando escribamos cada escena, no estaremos pensando en lo que ocurrirá luego, ni lo que ha ocurrido antes, podremos dedicar toda nuestra energia creativa a dramatizar. Nuestra mente creativa, debe trabajar en un unico propósito cada vez si no, la atención se desvia

Dentro de nuestra trama principal, puede haber subtramas estas subtramas, las dibujaremos como nuevos arboles.


Vale, ahora supongamos que tengo las escenas colocada cada una en su rama. Ha llegado el momento de escenificar.

Para ello, cogeré otro folio en blanco, escribiré el nombre que le di a la escena en el arbol y escribiré brevemente lo que va a ocurrir. Por ejemplo:

 Escena: Luis en la oficina.

Escenificación: Luis llega a la oficina temprano. Es un pringado y su jefe le explota. A la hora del desayuno, habla con Rachel, su mejor amiga dentro del trabajo. Hablan sobre un proyecto secreto que la empresa está realizando, pero del que no saben los detalles
Este sería un ejemplo de mi escenificación

De momento, no he comenzado a escribir la novela: cuando tenga escenas bien definidas, podréis empezar a escirbirlas. Leeré lo que ocurre, y ahora lo escribiré, narrandolo. Con esto conseguiré centrarame en describir, y trabajaré mas comodo y sobre seguro.

Por supuesto, las escenas pueden cambiar cuando vayamos desarrollando la historia.









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