Controlar el ritmo de la narración

Escribir una narración muy buena no es algo que se pueda aprender en los libros, pero hay algunas cosas que se pueden hacer para mejorarla. Siempre, claro, a la hora de corregir el texto literario.

Escucharse

La sugerencia es leer el texto en voz alta. Asegurándose de leer realmente lo que hay en la página, no lo que crees que debería haber. Es difícil, sí, porque incluso el escritor con más talento tiende a ver lo que él quería decir y no lo que está negro sobre blanco. Una de las razones para acudir a un corrector.

Hay que tomarse tiempo. Respirar en cada coma, punto, o punto y coma (Ese gran desconocido). Enfatizando las exclamaciones y subiendo el tono en las frases interrogativas. No hace falta leer como si uno fuera un gran actor con la voz de Fernando Rey o de Paco Rabal, pero sí observar atentamente el sonido de... LA PUNTUACIÓN.
La voz de Fernando Rey era una voz educada, con tono inglés antes de aprender inglés, una buena voz de camarlengo o de semental vaticano de las contesinas romanas. La voz de Paco Rabal era una voz salvaje, acanallada en el pueblo de Madrid, una voz de hombre que lleva una taberna en el pecho. Una voz que de pronto se enternecía y se enternece, dando una nota íntima, riente, cariñosa, que es el momento más peligroso para las mujeres que le escuchan. De esa voz nacieron el tabaco negro y el vino malo. De esa voz nació la gallofa bohemia de un Madrid entre dos guerras. (Francisco Umbral)
Si leer en voz alta intimida, de alguna manera, piensa que es mejor leer tu trabajo en voz alta y detectar los errores antes de que otros los vean. También puedes pedir a alguien que lea unas pocas páginas en voz alta para hacerte una idea de como suena. Pero que sepa cómo hacerlo. Esa persona debe tener muy claro como entonar y como expresar la puntuación.

Y mientras lees, busca los elementos que pueden "chirriar" como una puerta mal engrasada y oxidada en el oído de tus lectores.

Busca aliteraciones disonantes. Por ejemplo: “lidió con la locura de Laura”. (eccsss) La aliteración puede añadir fuerza a tu texto pero debe usarse con cuidado, o darás a tu escritura un aspecto tan juvenil como unosshorts ajustados.

Otra cosa a tener en cuenta sería el pariente cercano a la aliteración: el ripio. La rima que hay que evitar en la prosa a no ser que estés creando una cancioncilla pop.

También, el uso repetitivo de los nombres propios, de algunas palabras o nexos, o bien la proliferación de pronombres en tercera persona pueden tener un eco discordante en tu trabajo.


Decía Casanny que la unidad de un texto es el párrafo.

Y la construcción de las frases, dentro del párrafo es, en muchas ocasiones, la fuente de los problemas de estilo en un texto de ficción. 

El correcto uso de la puntuación es básico para que la escritura fluya. Y la escritura fluida hace la lectura fluida; algo que siempre hay que perseguir para que el lector se absorba en nuestra historia y no se interrumpa por un error de estilo.

La puntuación, en este apartado, es crucial. 

Uno de nuestros consejos es leer siempre en voz alta el párrafo escrito, y leerlo bien, como si fueras un profesional de la locución, poniendo las pausas (Las comas, puntos, punto y coma cuando sea una segunda frase explicativa, etc.) en su sitio, respirando y detectando los puntos del párrafo donde la fluidez se rompa. Escuchándose atentamente.

Puedes aprovechar para corregir las palabras usadas de modo que esa fluidez sea perfecta, eliminando todo lo accesorio: los adjetivos innecesarios, las redundancias, las frases hechas, los clisés, los nexos innecesarios, etc.

Mientras que el uso fragmentario de la escritura es técnicamente incorrecto, un uso juicioso puede servir para dar énfasis a los puntos que sean importantes de tu argumento o de una caracterización. Las frases cortas también sirven para el mismo propósito pero ambas deben ser usadas con mesura para no resultar una prosa rebuscada y difícil de entender. Y son cruciales en las escenas de acción.

Evita también el extremo opuesto: largas y complemas frases que cansan al lector con su sola presencia en el texto. Como las frases cortas o las incompletas, las oraciones compuestas pueden añadir algo a tu estilo pero siempre usadas con moderación. 


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