Reseña "Sociedad y barbarie"

Situémonos

Sociedad y barbarie se publicó en el año 2012 y, según el propio autor, sigue el hilo de Votos de riqueza, aunque puede leerse por separado. La obra tiene un corte marcadamente filosófico pero resulta accesible a cualquiera que se tome un poco de interés en la lectura.

Contenido

Si hubiera que resumir el contenido del libro en una frase, seguramente sería: “el desengaño de un mito”, porque Sociedad y barbarie nos propone una nueva mirada a Karl Marx, pero no a su obra ni a él como autor, sino a la imagen que la sociedad contemporánea ha creado de él y sus ideas. Ignacio Castro nos invita con este libro a comparar esa estatua colosal que hemos construido con el verdadero aspecto del filósofo, para que advirtamos las diferencias que crearon el escultor y el propio tiempo sobre su imagen, que no es mejor ni peor, sino, simplemente, distinta.

Desde Sociedad y barbarie se lanzan muchas preguntas de difícil respuesta; no porque sean complicadas, sino porque requieren una capacidad que el mundo en el que vivimos parece haber obviado: la autocrítica. Las reflexiones expuestas en el libro pueden llegar a doler en muchos momentos, porque son críticas bien fundamentadas, pero arremeten contra algunos de los pilares de nuestra forma de vida. Entre otros temas, se discute la bondad de un sistema que obliga a ser social, o sociable, y se aboga por una nueva reflexión sobre la individualidad de la persona, sobre lo que la hace única y, por lo tanto, no integrable en ese sistema “perfecto” que nos han enseñado a desear.

Estilo y estructura

Cuando uno lee “filosófico”, normalmente piensa en libros arduos, pesados y casi incomprensibles. En este caso, el estilo es bastante agradable. De todas formas, tampoco queremos llamar a engaño: no es una lectura fácil. Requiere cierta capacidad autocrítica (de lo contrario, cerraremos el libro a las veinte páginas) y un cierto interés para complementar los conocimientos filosóficos que tengamos, ya que, a pesar de que las referencias a otros autores están contextualizadas, es posible que eso no sea suficiente para un lector lego.

Es de agradecer también que, a pesar de que es un libro pequeñito, esté dividido en partes de no más de tres páginas que nos permiten detenernos idea por idea y volver a los temas anteriores con más facilidad, para asegurar una buena lectura.