Pep Talks NNWM. Malinda Lo

Malinda Lo ha publicado varias novelas juveniles, entre ellas Adaptation, Inheritance y Huntress y es confundadora del proyecto Diversity in YA, un espacio dedicado a la literatura para jóvenes. Podéis encontrar el texto original en inglés pinchando aquí.


Querido compañero escritor:

Malinda LoHay muchos mitos sobre la literatura: que si los escritores son artistas trastornados, que si son unos borrachos, que si son unos artistas trastornados y borrachos… Pero, en mi opinión, uno de los más insidiosos es ese de que para escribir hay que estar obligatoriamente inspirado. He oído a algunos escritores decir cosas como «Es que hoy no estaba inspirado para escribir» o «Estoy esperando a esa chispa de inspiración, ¿sabes?».

Te voy a revelar un pequeño secreto: si esperas que la inspiración te venga antes de sentarte a escribir, probablemente nunca termines ni una sola cosa. La inspiración es como esa chica buenísima o ese chico potente al que conociste un día en una fiesta y que, en cuanto hablaste con él, te pareció que estaba tan colado por ti como tú por él. Había contacto visual, había flirteo… quizá incluso un roce casual de tu mano con las suyas, ¿a que sí? Lo sé, a mí me ha pasado. Al acabar la noche te pidió tu teléfono y te dijo: «Te llamaré. Tenemos que salir algún día». Pero nunca lo hizo, y tú te quedaste esperando una llamada que nunca llegaría y sintiéndote cada vez más idiota.

Con la inspiración pasa lo mismo: es seductora y atrayente, pero no puedes depender de que te llame. Esto no funciona así. Lo bueno es que la inspiración no tiene nada que ver con que tú acabes o no tu libro: eso sólo depende de tu sentido de la disciplina.

Esto es lo que pasa cuando me siento a escribir. Primero, apago mi conexión a internet con el programa Freedom. (¡Internet es el asesino número uno para la productividad del escritor!). Segundo, abro Scrivener. (Sustituye Scrivener por el procesador de textos que más te vaya a ti). Tercero, me obligo a quedarme sentada frente a mi proyecto hasta que Freedom dice que ya he acabado. (Siempre lo programo para al menos una hora, y muchas veces para tres). No me permito levantarme a preparar un sinnúmero de tazas de té (con una me vale). Simplemente me siento ahí. Eso es todo.

¿Cuántas veces estoy llena de inspiración antes de empezar a escribir? Más bien casi ninguna. En su lugar, normalmente miro mi proyecto con una vaga sensación de condena. A veces me digo: «¿Y qué puñetas hago yo ahora con esta escena? ¡No sé cómo llevar mis personajes del punto A al punto B! ¡Quiero abrir mi twitter!».

El truco es éste: mientras me quede ahí sentada con mi proyecto, en algún momento escribiré algo, porque no hay nada más que hacer. Puede que lo que escriba no sea bueno, pero eso no importa. Cuando estás escribiendo un primer borrador, que es lo que la mayoría estáis haciendo este mes, lo más importante es seguir adelante. Tu primera prueba estará infestada de errores, pero para eso existe la revisión. Ahora mismo, sólo tienes que ocuparte de meter esas palabras feas y equivocadas en el ordenador  para poder arreglarlas después.

Por tanto, no es la inspiración lo que escribe tu libro. Es la disciplina. Aún así, hay veces que la inspiración se aparece y te hace una visita inesperada. Imagínate:

Estás sentado sin internet, escribiendo unas palabras horribles, pensando que seguramente sea  la chapuza más miserable que se haya escrito nunca con Scrivener. De pronto, te parecerá que algo que has escrito se extiende hacia ti, como si las palabras cobraran vida por sí mismas y te gritaran para que les prestases atención. Leerás esa frase que has escrito y pensarás: «Guau, ¿es eso en lo que consiste esta escena?». Y todo se acelerará.  Será como si, milagrosamente, hubieras dado con lo que realmente importa en esa novela que estás escribiendo, como si hubieras podido ver un destello de a dónde te diriges y por qué vas hacia allí. Será como si esa persona a la que le diste tu número (esa que nunca te llamó) finalmente te llamara.

La inspiración es así de caprichosa. Se presenta cuando menos te lo esperas, sexy, exhilarante y recordándote por qué pusiste el culo en la silla, cerraste el twitter (junto con el resto de internet) y te obligaste a caminar por el árido valle de los no muy buenos, o muy malos, primeros borradores.

Disfruta de la inspiración mientras esté ahí. Disfrútala porque es poco frecuente y valiosa, pero  no esperes que se presente todos los días. Lo único que necesitas todos los días es a ti mismo y tu determinación para seguir hasta el final. Puedes hacerlo.

Malinda
Publicado por Gileblit

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